IV

El invierno carcomía los huesos cuando esa noche quise matarte. Eras mi novio, yo tu amante, tu segunda, tu visita programada de dos horas. Me llamaste y me dijiste “vení, tengo que pedirte un favor”. Acudí al instante. En tu cuarto eran dos. Quien para vos era tu novia, quien para mí tu amante. Me apartaste del lugar y me imploraste con desgano: “Vos nunca estuviste conmigo. Estás con mi amigo. Aclaráselo a ella”. Y yo, sin más, lo aclaré mirándola a los ojos.

Eran las tres de la madrugada cuando imaginé tu muerte. Tu elegida partía y yo me metía de puntillas en tu departamento. Te ataba a tu cama y con una lija gruesa te acariciaba la barba hasta desprender las comisuras de tu boca. “Me arde”, mariconeabas: "Me arde”. Después me ensañaba con los dedos de tus pies: con un alicate de esos que tanto te gustaban, te cortaba el dedo chico y tiraba agua hervida sobre el reciente muñón. Mientras llorabas te cortaba los demás, hasta dejar tus pies pelados.

Entregado, me pedías perdón, decías que nunca quisiste humillarme. A mí ya no me importaba. El disfrute de matarte era mejor que el placer de tu disculpa. Tomé un cuchillo para cortar pan y lo clavé en tu pecho hasta que atravesó el colchón. AL desprenderlo, un agujero ensangrentado había quedado impreso entre tus costillas desgarradas, como un yacuzzi de arterias burbujeantes. Las sábanas y tus tripas hacían resbalosa mi observación. Te escuché respirar ahogado, te vi escupiendo baba y sangre, los mocos viajaban por tu cara y dolían sobre tu barba. Entonces, con la misma lija que te había acariciado, corté tu cuello de una vez como un cirujano. Tu piel ya estaba podrida, de nada valía conservarte entero.

Eran casi las siete cuando en mi mente moriste y yo nunca más fui segunda de nadie.

6 comentarios:

Unknown dijo...

che, pará.
supongo que esa vez si habrás tomado represalias.
Que soretéz, por favor.

Anónimo dijo...

empece a leer y recorde cierta escena que me contaste. realmente se merecia eso-

=)

Anónimo dijo...

empece a leer y recorde cierta escena que me contaste. realmente se merecia eso-

=)

Maichus* dijo...

08.00 hs. Entras y fichás, te saludo con mi sonrisa matinal, como cualquier otro dia. Pero no lo es; hoy morís. Ya tengo todo planeado.
09.30 hs. Tomás tu cafe con leche, en la misma taza que ayer, en la que tomarías mañana. Lo terminás, te cayó muy mal. Vas a empezar a secarte; de adentro hacia afuera. Me regocijo en silencio, sigo con mis tareas laborales.
10.30 hs. Seguís muy mal, no podés pararte del piso, te vas debilitando lentamente. Me pedís ayuda, yo te miro volteando mi cara de lado a lado, no emito palabra alguna. Mi mano derecha tipea en la calculadora sin parar.
11.30 hs. Ya casi sin fuerzas, no podes hablar. Me clavás tus ojos llenos de lágrimas, friamente miro el reloj, no te queda mucho tiempo. Me corre un escalofrío.
12.00 hs. Ya estás dando tus últimos respiros. Agarro mis llaves y me levanto de la silla. Me voy a mi hora de almuerzo, sé con certeza, que en una hora cuando vuelva, ya no vas a respirar.
Voy a pasar una tarde tranquila, sin tus presiones, ni tu soberbia barata merodeando la oficina.
18.00 pm Ficho puntual, digo hasta mañana, y pienso: "que día productivo el de hoy".

(la sangre me da impresión)

Anónimo dijo...

jajajaja yo lo imagino en mi laburo eso jaajajajajajaaa
(lo digo por la q firmo aca arriba jajajaja, peo en mi caso no seria una sola taza)

mel muy bueno, pero me empezas a dar miedo!

mañana me voy a la costa linda, pero antes de viajar a brasil quiero verte!!

besoss!

Justiciera Poética dijo...

MAICHUS: GRACIAS POR COMPARTIR ALGO TAN MARAVILLOSO COMO LA JUSTICIA PERSONAL IMAGINARIA.

LA DUEÑA DE LA PERVERSIÓN ES...

Asesinatos imaginarios para deleite de las mentes más perversas.

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